San Miguel de Tucumán, a cuyo centro ingresan a diario unos 200.000 vehículos, enfrenta el desafío constante de regular el tránsito vehicular y peatonal. Sin embargo, un obstáculo persistente y preocupante es la constante falta de respeto a las señales de tránsito, un fenómeno que trasciende la simple infracción para convertirse en un factor de riesgo.
Un informe de la Municipalidad arrojó que en dos meses (mayo y junio de este año) las cámaras de vigilancia detectaron 10.099 infracciones de tránsito. De ese total, casi el 70% de las faltas fueron cometidas por conductores de automóviles particulares.
Esas infracciones abarcaron violaciones a las normativas que regulan el tránsito, controles de alcoholemia y otras transgresiones, como no respetar los sectores demarcados para los colectivos.
La falta de respeto a las señales de prioridad, las imprudencias al doblar, la invasión de carriles, la conducción a exceso de velocidad, son acciones cotidianas que demuestran una alarmante falta de conciencia ciudadana y de respeto por la vida, propia y ajena.
Este año, la implementación de carriles exclusivos para colectivos, con el objetivo de mejorar la eficiencia del transporte público, también se vio alcanzada, lamentablemente, por el mismo problema: hay quienes ignoran las normas y deciden no respetarlas.
Este comportamiento irresponsable no sólo afecta a conductores, sino también a peatones y ciclistas, actores vulnerables que se encuentran indefensos ante la imprudencia de quienes desobedecen las normas de circulación.
Los accidentes con víctimas, muchas veces consecuencia de la falta de atención a las señales o del exceso de velocidad, se presentan como un triste recordatorio de las consecuencias de la indiferencia hacia las leyes de tránsito. La falta de educación vial desde temprana edad también contribuye a este problema, perpetuando un ciclo de irresponsabilidad que debemos romper.
Además de la infraestructura, es crucial reforzar la educación vial. Las campañas de concientización deben ser más frecuentes, creativas e impactantes, dirigidas a todos los actores del tránsito: conductores -sobre todo, motociclistas, que son principales víctimas de accidentes-, peatones y ciclistas. La formación vial en las escuelas, desde temprana edad, es vital para inculcar hábitos seguros y responsables.
En este sentido, la intendenta, Rossana Chahla, se comprometió a realizar acciones que acompañen a reducir los siniestros. “Vamos a concientizar sobre cumplir las normas de tránsito. En la primera etapa vamos a concientizar, luego habrá sanción, porque necesitamos reducir en forma inmediata los accidentes de tránsito. Los objetivos del desarrollo sostenible hablaban de que íbamos a reducirlos en vía de desarrollo en 2020, un 50%, y no lo logramos. Ahora la meta se ha corrido 10 años más. Vamos a reducirlos para 2030. Tenemos que lograrlo. Es imposible lograrlo si no empezamos a trabajar juntos, a concientizar, a poder sancionar a quien no cumpla la norma”, sostuvo la semana pasada, durante una intervención realizada por familiares de víctimas de siniestros viales.
Es necesario un cambio cultural profundo que priorice la seguridad vial por encima de la comodidad o del apuro individual por llegar antes. La solución requiere un esfuerzo conjunto de autoridades, ciudadanos y organismos educativos para construir una cultura vial más responsable y segura en San Miguel de Tucumán.